Qué mejor aprovechar un día soleado en la nieve para comer un tentempié en casi la cima de uno de los techos del país, el Puigmal, a casi 3.000 metros de altitud. Y lo mejor, las vistas espectaculares del prepirineo catalán y hasta de la mítica montaña de Montserrat.
1 comentari:
pppfff no mames albert, esto parece de otro planeta...qué buena foto, se nota que estás contento en las alturas
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